El aumento de los repartos debido al auge del comercio electrónico provoca un incremento de los siniestros protagonizados por furgonetas. El seguro toma nota.
Según el estudio ‘Furgonetas en la carretera: ¿un riesgo para la seguridad vial?’, elaborado por Línea Directa, entre 2011 y 2015 la accidentalidad general de furgonetas en las carreteras españolas experimentó un incremento del 41%, hasta sumar casi 1.000 fallecidos en accidentes protagonizados por este tipo de vehículos. El informe analiza la evolución la accidentalidad de los conductores de furgonetas, sus perspectivas y problemática y el impacto del ‘boom’ del comercio en estas cifras, sobre todo teniendo en cuenta España es un país con más de 3,1 millones de autónomos y más de 2,3 millones de furgonetas, según el informe.
De acuerdo con datos de la DGT citados en el estudio, el número de lesionados por este tipo de accidentes en ciudad creció un 94% en el período analizado, y el riesgo de accidente mortal es un 35% más alto en siniestros con furgoneta que con coche. De hecho, según una encuesta a consultores realizada con objeto del informe, en el 62% de los casos, el conductor de la furgoneta es el culpable del accidente. El siniestro tipo es por alcance, contra turismos, con hombres como protagonistas y en autovía. Es común también que se trate de furgonetas antiguas y con anomalías.
Según la encuesta de Línea Directa, 18 millones de conductores, esto es, el 68,5% del total, consideran que el comercio electrónico ha influido en la accidentalidad de las furgonetas, y de hecho, la mitad de los repartidores profesionales consultados desconocen los límites de velocidad de las furgonetas.
El seguro, al tanto
“Es claro que el auge de la compra online en nuestra sociedad ha cambiado el modo de consumo y esto hace que el riesgo de las furgonetas se incremente, sobre todo en grandes ciudades”, reconoce en este punto Montserrat Álvarez, directora del Área Técnica de Particulares de Mapfre. “El seguro de Automóvil es dinámico y está muy influenciado por el comportamiento del asegurado, de manera que el sector debe estar en todo momento al tanto de los cambios sociales y su repercusión en el mundo asegurador”, opina.
En este punto, Laura Villasevil, directora de Negocio del Área de Automóviles y Particulares de Allianz, admite que “existe una alta correlación entre el incremento del uso de esta tipología de vehículos y el incremento de la siniestralidad. La recuperación económica del país es un factor clave en este dato, dado que la salida de la crisis ha contribuido a la reactivación del transporte”, contextualiza. Ante este panorama, “los seguros para flotas, al igual que el resto de seguros, tendrán que adaptar su estrategia a la situación actual (entorno con alta siniestralidad)”.
Francisco Valencia, director de Gobierno Corporativo de Línea Directa Aseguradora, recuerda que “la suscripción de riesgos se basa, fundamentalmente, en los registros estadísticos de accidentalidad y conducción, que, como en este caso, están muy influidos por numerosos aspectos sociológicos y de consumo. Es evidente que si la exposición de un determinado tipo de vehículos se incrementa, también sufran más accidentes, sobre todo si afecta a un colectivo como el de los repartidores, que está sometido a un horario de entregas muy estricto”, observa.
Con el móvil al volante
Un asunto relacionado con esta problemática es el de los accidentes causados por el uso del móvil al volante, teniendo en cuenta que para muchos autónomos y empleados que conducen furgonetas, su vehículo de trabajo es además su oficina. Según la DGT, el móvil se ha convertido en la primera causa de muerte al volante por distracción, superando al alcohol y el exceso de velocidad. Solo en 2017, un total de 500 personas murieron en las carreteras españolas por culpa de esta práctica. Además, es un mal hábito que parece que va a más, o se multa más. Ante estas cifras, la DGT estudia inminentes medidas para endurecer el castigo a los conductores a los que se pille con el móvil al volante. Una de las posibilidades que se barajan es que en estos casos el infractor se tenga que hacer cargo de los daños ocasionados en caso de accidentes. Ello, se calcula, evitaría 200 muertes al año. En 2012 se perdieron 10.000 puntos por conducir con el móvil, mientras que en 2017 esta cifra aumentó a 50.000. Esta cifra podría deberse a que este mal hábito va a más entre los conductores o bien a que se multa más, o tal vez una combinación de ambas.